Llego el otoño, y con el aire frío, las tardes de lluvia, el aroma a arboles secándose, a flores muriendo… Llego el otoño y con él, llegan los pedazos de mi vieja alma, de mi antiguo corazón, de todo aquello que en algún momento me causo un enorme dolor. Llego a soplar el polvo sobre mi escritorio, a mojar las ventanas con nuevas gotas, con nuevos aromas.